martes, 17 de septiembre de 2024

Un país de paz

Escribo esta entrada la semana en que se celebra el día de la independencia acá en mi país, Costa Rica. Pensaba en lo mucho que me gusta la festividad: las bandas, las escoltas (nunca fui parte de una, je)... esa sensación de celebración. También me puso a pensar en las veces que, estando fuera del país, he visitado museos militares... los museos son mi actividad favorita cuando visito países... me encanta conocer de la historia, es una inclinación natural. 

Cuando estuve en Honolulu, fui al Memorial de Pearl Harbor. Para una costarricense que no había estado en lugares donde se conmemoraran muertes (muy tica promedio de mi parte), porque bueno, eso es lo que es para mí: un lugar dónde la gente va a que le cuenten la historia de una guerra. Para mí fue impactante ver el barco, o tanquero, ni siquiera sabría con exactitud qué es, hundido y que me contaran lo que pasó. Que hubiera gente ahí todavía, porque lo mejor fue no sacarlos. Después durante ese mismo viaje, estuve en el World Trade Center (nos movimos de Honolulu a Nueva York). Lo que es el hoy National September 11 Memorial & Museum no existía aún y lo que había era un área en construcción. Me impresionó mucho el nivel de honor con el que esas historias son contadas. En Antonellitalandia, esas historias dan miedo. En mi país no hay ejército desde 1948. Más de 40 años hacía que lo habían abolido para cuando yo nací. 

También pensé en mi primera visita a Nicaragua. Recuerdo caminar por el parque Luis Alfonso Velásquez Flores y ver un tanque del ejercito transitando despacito por la calle ancha de Managua. Caminaba con una amiga que, ante mi asombro, me dice: "acá es así...", porque le dije que porqué estaba el tanque afuera "en la vía púbica"; "así es como nos recuerdan quién manda".

Y pienso en los policías de mi país, una profesión tan ninguneada... entre ellos se tratan con honor, pero la gente no los respeta, o al menos eso pienso Yo. 

Pienso en los presidentes de este terruño, caminando por los pasillos de un súper mercado, como cualquier hijo de vecino. Son cosas de las que me enorgullezco, pero que también sé que limitan mi entendimiento de la realidad imperante a nivel mundial, en esta era con tantas guerras por todo lado: Palestina, Congo, Sudán y un montón más de conflictos armados que no llaman tanto la atención, excepto por el de Palestina, y que tienen que ver con las libertades de los pueblos. 

Gracias porque, a pesar de todo y siendo mujer, camino en paz por las calles. Asisto a traspasos de poderes en parques abiertos, puedo estar sentada viendo la toma de posesión de un presidente... un cambio de gobierno. 

Mi ACAB ser me dice que ojalá no tuviéramos que celebrar la independencia y que simplemente fueramos libres y ya. Pero bueno, es lo que es. 

Vivan siempre el trabajo y la paz!