Estaba sentada trabajando en mi sitio de internet y estaba pensando qué nombre ponerle a mi boletín. Lo pienso y sonrío. Por ratos aún mi diálogo interno me dice que lo que estoy haciendo es un gran papel y que deje de creérmela tanto... pero bueno, según he leído, pues casualmente ese periodo (que vuelve por ratos, no es como que se atraviesa una vez y ya) es casualmente el más difícil y en donde, se supone, el sistema implementado es el que sostiene el hábito. Es como un trabalenguas, pero trataré de explicarme.
Cuando se hace “la bajada a tierra” de todo lo que deseamos hacer, y empezamos primero poniéndonos las metas a largo plazo (usualmente a un año, a tres años, a cinco y así sucesivamente), luego a corto plazo (semestrales, trimestrales) y eventualmente a actividades semanales y diarias, lo que hacemos es establecer la manera en que “nos vamos a comer al elefante”, porque no podemos en tres mordiscos, esa es la analogía. Cuando llegamos al nivel de detalle diario, pues entonces es donde comienza el ejercicio de mantener el foco, de poder concentrarnos en lo que tenemos que hacer porque “cada acción diaria, por más pequeña que sea, con el tiempo se acumula y SI o SI, da resultados”, este es el concepto aplicado de las ganancias residuales. Yo reconozco que la frase como tal la escuché muchas veces antes, pero nunca explicada de una manera en la que tuviera sentido para mí, o como me enseñaron en la cultura yódica “el maestro llega cuando el alumno está listo”, seguramente eso fue lo que me pasó. Yo no entendí ese concepto de una manera en que no solamente me identificara, pero también lo pudiera volcar sobre mi vida diaria. Nunca antes había Yo pensado en metas, ni mucho menos en objetivos, implementación de hábitos ni nada de esas cosas que en Antonellitalandia, se siente a un montón de cadenas que aprisionan (mi stellium en sagi grita AUXILIO y de la astrología hablaremos en otra ocasión).
Pero resulta que cuando el momento fue el oportuno, Yo estuve lista para adoptar la metodología y sí, implementar un nuevo estilo de vida. Entonces, volviendo al punto de el boletín, pues siempre he querido escribir un libro, pero resulta (oh sorpresa!) que para eso, pues hay que desarrollar el hábito de escribir. No me lo creía hasta que entendí el concepto de: "cuando no hay motivación, hay disciplina". Güilas, qué pega!, en serio. Realmente confieso haber sido una detractora absoluta de este discurso... Me hacía sentir que era un tipo de compromiso que se traducía en imposición. Hoy creo que no tenía las razones o estímulos correctos para poder identificarme de manera adecuada. Mi compromiso conmigo misma hoy es escribir todas las semanas una entrada en mi blog, para desarrollar el hábito de la escritura, que no dependa de las ganas o la motivación, pues de esas, hay poca durante el mes.
Entonces, pensando en el nombre de mi boletín, y en lo mucho que quiero que mi sitio de internet me represente, que la forma discursiva, los temas, el diseño y en sí TODO lo que estoy creando, sea una representación fiel mía, pensé en que Yo siempre le digo a la gente: "cuéntamelo todo!", ja. Y eso es lo que quiero hacer, contarlo todo, dar testimonio de lo que ha sido mi vida en los últimos años.. también quiero sentar las bases seguras de un posible libro, uno en donde... adivinen? Si, se los cuento todo!